(Ante las próximas Elecciones en la Hermandad de la Humildad)
Una vez más, los hermanos/as de la Humildad estamos llamados a actuar desde la responsabilidad y desde el compromiso. Se nos presenta una nueva oportunidad para hacer un análisis profundo, sereno y reflexivo sobre el camino a tomar y sobre cuáles debieran ser las prioridades del presente y para el futuro.
Hay que apostar, con todos los medios, por la participación activa de los hermanos en la vida y desarrollo de la Hermandad, en sus actividades y en sus cultos. Tendríamos que ganar en responsabilidad, autenticidad y entrega, uniendo todo ello al nacimiento de una inquietud social y de ayuda mutua entre los hermanos.
Tenemos que adquirir una nueva conciencia de cofrades comprometidos con su fe y con su misión como cristianos en el mundo actual.
Nosotros, como Humildistas, estamos obligados a mantener la inquietud por un futuro mejor, a no perder la ilusión por hacer de la Hermandad un modelo de convivencia y respeto, a valorar nuestras cosas y tratar de mejorar las que sean susceptibles de mejora, a dar más importancia a los hechos que a las apariencias, y a intentar que reine un espíritu basado en la tolerancia, la humildad, la comprensión, la solidaridad y la entrega a los demás.
Tenemos que hacer de la Hermandad una verdadera y auténtica comunidad de amor.
Quiero invitaros a todos, juntos como hermanos, a rescatar la identidad que nos caracterizó, a llenar con renovadas ilusiones las alforjas de nuestro humildismo, a tomar conciencia real de que aún cuando no podemos pensar igual si que podemos sentir de la misma manera, si lo hacemos actuando siempre desde un espíritu integrador y acogedor que nos debe caracterizar, desde el respeto y la comprensión por la que nos deben reconocer.
Es el momento de unir nuestros esfuerzos, de sumar voluntades. Y hagámoslo desde la humildad y con humildad, unidos por una misma fe, por una misma devoción, por el mismo amor que sentimos todos hacia nuestra Hermandad.